PERSPECTIVA TEÓRICA

El Costurero Público tiene una justificación  teórica en la que se enmarca la discusión de la moda, el cuerpo, la identidad y el consumo que respalda su propuesta metodológica. Se exponen a continuación de manera puntual las principales consideraciones que han servido como punto de partida para sustentar las dinámicas que plantea el proyecto. 

1. ¿Cómo entendemos la moda?

Con el término moda, el Costurero Público se refiere únicamente a la moda indumentaria; es decir, la ropa y los accesorios producidos/consumidos -desde de la lógica de la moda- para ser portados sobre el cuerpo. Es un sistema de relaciones entre las compañías y las personas; por eso, en términos sociales, la moda es un discurso que regula las elecciones con respecto a la manera de vestir de los cuerpos-sujetos a partir de ciertas estrategias y que está determinado por una serie de instituciones.

2. ¿Cuál es la relación entre moda e identidad?

 Taller 22: Identidad, deseo y consumo
La moda está ligada a la identidad individual y cultural. Como práctica social,  vestir permite a los individuos pertenecer a un grupo determinado; esto se debe a que, a través de la historia, los grupos sociales se han reconocido o diferenciado a partir de diversos trajes o accesorios particulares. De esta manera, la forma en que las identidades se construyen socialmente hace que estén diferenciadas según clase social, grupo cultural, sexo y otras categorías; todas se ven evidenciadas por medio del traje.  Sirvan de ejemplo las llamadas subculturas.

Las subculturas utilizan ciertos tipos de vestimenta para la diferenciación de unas con respecto a otras. Esto les permite la construcción de una identidad individual y colectiva, así como la generación de una representación social específica por parte de las personas que están fuera del grupo.

La distinción no es mala en sí misma, de hecho, posibilita que los sujetos puedan crear su identidad. Sin embargo, cuando la “distinción” pretende generar identidades homogéneas que funcionen para el discurso hegemónico, se convierte en violencia simbólica. Específicamente, ese discurso hegemónico indica que sólo lo que ciertas clases sociales prefieren es lo que debe ser aceptado, es decir, discrimina otras formas de actuar, de conocer, de diseñar. Por eso, el proceso de “adquisición de una identidad” que propone la lógica de la moda es violento; se ve evidenciado en el proceso de consumo.

3.  Relación moda-cuerpo

Taller 8: Carnaval de identidades
La relación de la moda con la identidad se hace más evidente cuando se habla del traje en su relación con el cuerpo. Basta decir que, en occidente, la concepción del traje como una segunda piel va mucho más allá de lo metafórico: se piensa como una extensión del cuerpo. Incluso, simbólicamente, el traje permite que los individuos tomen parte de la imagen corporal de los otros por medio de la imitación de su ropa; en este sentido, la práctica de vestirse posibilita que el individuo construya su cuerpo de acuerdo al discurso social en el que está inserto.

Desde esta perspectiva teórica, el cuerpo no es su materialidad, sino que es una construcción socio-cultural dinámica que tiene un carácter simbólico que es dictado socialmente y reproduce sobre el cuerpo diversos discursos: estético, religioso, de producción, de consumo. Se trata de lógicas que son entendidas en términos de biopolítica, pues dicta no sólo lo que debe hacer o no el individuo con su cuerpo, sino cómo deben ser tratados los cuerpos y categorizados dentro de la escena social.

4. Relación moda-consumo

4.1 Violencia del comercio

 Taller 22: Identidad, deseo y consumo
Taller 22: Identidad, deseo y consumo
Se trata de una violencia simbólica; la moda no se interesa por elaborar trajes, sino que se especializa en la construcción de símbolos mercantilizables a través de una marca. El poder de la marca sobre los cuerpos evidencia la relación de comercio-moda-cuerpo-identidad. De ahí que, por el consumo, la moda genera “valores agregados” al cuerpo para su ingreso a la escena social: el anuncio de la capacidad de consumo del individuo, que a su vez se ve obligado a consumir más por medio de la presión para consumir velozmente. Sólo al cumplir con estos requisitos el sujeto accede a la ilusoria opción de pertenencia a los grupos hegemónicos por medio del ilusorio mejoramiento del ser a partir del consumo. Justamente, el punto donde el neoliberalismo, como modelo del capitalismo cultural violento, define sus políticas sobre el cuerpo.

4.2 Individuación

A partir del comercio de la moda, el traje pierde su función identitaria. En la lógica de la moda, funciona más bien como un mecanismo de individuación. La individuación es el proceso de aislamiento cada vez mayor del individuo de los lazos colectivos, un proceso de enajenación social; básicamente, se refiere a la capacidad que han tenido las sociedades modernas -y con especial atención durante la fase neoliberal- de crear un individuo más aislado y despreocupado de su mundo social que se caracteriza por pensar solo en las necesidades individuales y no en las del colectivo.

La moda vestimentaria -sin duda alguna- posibilita y acelera la individuación: el traje es una práctica cotidiana de la que no pueden escapar los sujetos; su volatilidad es mucho mayor que la de otros bienes; no sólo es parte de lo cotidiano del sujeto, sino que históricamente ha sido un elemento central de su identidad y, simbólicamente, funge como extensión de su cuerpo. Esta última función es la que potencia, especialmente, la individuación; en la relación cuerpo-traje propuesta por el consumo de la moda, el cuerpo se convierte- simplemente- en el soporte para la prenda.

Performance de la Exhibición Final 


El proceso de individuación tiene una lógica interesante, ya que aunque en sus prácticas e identidades los sujetos se aíslan más de los demás, sus pensamientos están más cercanos a la homogeneización. Es un proceso que tiene una lógica de retraerse, pero este retraimiento va acompañado de la adopción de prácticas y consumos hegemónicos que buscan el mejor beneficio para la obtención de ganancia por parte de los grandes grupos empresariales. A las alternativas que buscan romper con las lógicas hegemónicas de consumo y de individuación, el mercado les encuentra algún tipo de espacio y las inserta en su propia lógica; este mecanismo hace difícil la posibilidad de alternativas en contra de entendimientos homogeneizantes.

5. Dinámicas de resistencia al vestir

Taller 16: Personalización de prendas ya confeccionadas
Solamente la comprensión de las lógicas del capitalismo cultural y su tendencia a la individuación pueden ayudar a crear alternativas para fomentar prácticas sociales, políticas y culturales más autónomas por parte de sujetos y de colectivos.  En este sentido, la comprensión crítica de la moda como sistema de producción/consumo permite que los sujetos tomen una posición con respecto a la ella.

Taller 12: Personalización de prendas ya confeccionadas

Taller 5: Modificando mi prenda
En la actualidad, global y localmente, los individuos desarrollan propuestas para resistir a la práctica violenta que es la moda. Por ejemplo, el movimiento slow fashion (moda lenta) que participa de la filosofía del slow movement y se opone al fast fashion (moda rápida), que es la moda producida en el modelo postfordista. Este movimiento procura que la vestimenta sea de calidad, que satisfaga las necesidades reales (no las impuestas) de las personas  y que las condiciones de producción sean justas para las personas y el ambiente. Además de ello, existe la moda reciclada, reparada y reutilizada; en esta última puede incluirse la utilización de prendas de segunda mano. 

La ropa de segunda es común en Costa Rica; sin embargo, la gente no necesariamente lo hace a partir de un criterio político. Muchas personas eligen este tipo de ropa por no poder acceder a marcas; es decir, en estos casos la compra de esta ropa se convierte en un proceso de violencia simbólica y no en un acto de resistencia. La resistencia adquiere en este punto un valor adicional: la resignificación de la práctica de comprar ropa de segunda rompe con esa violencia.

Los ejemplos anteriores evidencian que los individuos, con sus cuerpos vestidos, pueden resistir a la violencia de la producción/consumo de la moda en tanto adquieran una visión crítica que les permita que integren a sus prácticas cotidianas maneras de hacer y resistir por medio de la ropa para relacionarse de manera alternativa con su cuerpo.

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